[Cómo nacen, viven y mueren las tendencias].
Una pregunta que tarde o temprano se hace todo el mundo, desde los conocedores de la moda hasta los fashionistas, es: "¿de dónde vienen las tendencias?". ¿Cuáles son las distintas fuentes de inspiración que caracterizan a la moda y la anticipan?
En este artículo intentaré recopilar ideas y diferentes puntos de vista para entender qué es una tendencia y quiénes son los jugadores del complejo juego de la moda que intervienen en su definición. Si estás entrando en el mundo de la moda y quieres idear algo original y propio, creo que necesitas conocer a grandes rasgos cómo funciona para tener la perspectiva adecuada al respecto.
Empecemos por lo que nos dice el diccionario de la lengua italiana:
tendencia
[ten-dèn-za]
s.f.
1 Inclinación, disposición hacia algo [...].
2 Orientación ideológica, ideal o programática, manifestada en el contexto de movimientos políticos, sociales, artísticos, culturales: nuevas tendencias artísticas, literarias
‖ Conjunto de personas que se identifican con esta orientación [...].
‖ Marcar una tendencia, proponer un estilo o modelo de comportamiento, orientar las elecciones de los amantes de la moda en esa dirección: un look que hace t..
3 Disposición a evolucionar, a cambiar de una determinada manera [...].
[Fuente: http://dizionari.hoepli.it]
A primera vista, podemos ver que una tendencia es ante todo una inclinación, una disposición hacia algo, una especie de "hilo rojo" que enlaza y une cosas diferentes dentro de un contenedor temático. Para existir, una tendencia debe ser necesariamente reconocida por un grupo de personas que la legitimen y la promuevan de alguna manera (ya sea como creadores o como consumidores), y aquí es donde entran en juego los que suelen denominarse "influencers".
Al principio, las tendencias son introducidas por quienes siempre han sido reconocidos como los innovadores de la moda: los diseñadores. Después, las adoptan los llamados "creadores de opinión" o "creadores de tendencias". Estas personas suelen estar muy próximas al mundo de la moda, como los editores de moda de las grandes revistas de moda, los estilistas (que no deben confundirse en italiano y que se traducen erróneamente por estilistas) u otro tipo de personas que gozan de un acceso privilegiado, como los VIP, los artistas y, por último, los blogueros.
También hay pequeños grupos de consumidores de alto poder adquisitivo y alto capital que quieren diferenciarse y destacar por razones de clase, prestigio y notoriedad. Aunque no sean famosos en el sentido estricto de la palabra, tienen el poder económico necesario para entrar a la fuerza en las filas de los "early adopters" o para crear sus propias líneas de moda y marcar tendencias.
Antaño, este tipo de consumidor se canalizaba hacia el mercado couturier de las maisons parisinas, pero con la progresiva crisis de este último (se calcula que el número de clientes de alta costura mundial ronda los 6.000), parece que la tendencia es explotar el capital y la notoriedad para crear una línea de moda y una marca propias.
Como suelo decir, la moda es un verdadero formato nacido para crear (y luego matar) tendencias y, por tanto, tras una fase "mainstream" en la que la tendencia llega al consumidor, tiende a extinguirse poco a poco y a ser sustituida por la siguiente. Los tiempos cambian y todo se vuelve más rápido.
Hace unos 20 años, existía una verdadera lógica de la cadena de suministro, en la que los grandes grupos de producción se reunían con antelación para decidir sobre la mesa cuáles serían las tendencias, empezando por los nuevos tipos de fibras/tejidos, pasando por los colores, etcétera.
Hoy en día, el ciclo de vida de cada tendencia tiende a acortarse cada vez más, de modo que cuando se acude a ferias como Milano Unica o Première Vision en París, la mayoría de las veces las colecciones ya están definidas y las tendencias que se exponen ya no son verdaderos avances. Este es el problema general de las tendencias: cuando las ves expuestas en algún sitio, ya forman parte de la corriente dominante. Entonces surge la pregunta: "si quiero crear mi propia colección...".
Pasando a un punto de vista más académico, cada tendencia tiene su propio ciclo vital que suele constar de tres fases: Introducción, apogeo y declive.
Tras su introducción y comercialización, se produce un momento de máxima demanda que corresponde a un pico de ventas. Con el paso del tiempo comienza la fase de declive, en la que el producto pierde su margen de ventas en el mercado y el precio se va reduciendo progresivamente.
En esta fase, se amplía el número de clientes potenciales de las marcas que, atraídos por una mejor relación "marca-precio", pueden comprar algo que para los puristas "ya no estaría de moda", pero que en realidad sigue teniendo el mismo valor simbólico y aspiracional que el de precio completo.